Hace unos días nos despertábamos con esta noticia “El Juzgado de lo Penal 1 de Almería ha absuelto a María Angustias H.H., de 37 años, quien fue denunciada por su hijo de 15 porque le quitó el móvil para que dejase de jugar y estudiase, puesto que al día siguiente tenía un examen. El Ministerio Fiscal pedía una pena de nueve meses de prisión por un delito de malos tratos, puesto que para arrebatarle el móvil a su hijo se produjo un leve forcejeo”
Y yo no dejaba de preguntarme:
- ¿Ahora en lugar de educar se maleduca y aun encima esta refrendado por la ley?
- ¿Estamos ante un mundo al revés?
- ¿Desde cuándo un padre/ madre no tiene potestad de retirar un móvil a un hijo cuando tiene incluso la obligación legal (patria potestad) de velar por su educación?
- ¿Desde cuándo un adolescente puede denunciar a un padre/ madre por ejercer su derecho y deber educativo y además que dicha denuncia sea admitida a trámite con el costo que este tipo de procesos tiene para el erario público?
- ¿Desde cuándo una fiscal puede pensar siquiera en penalizar un acto educativo de los responsables directos del mismo?
Si seguimos así, no nos asombremos de la sociedad que nos espera en poco tiempo
Esta más que comprobado que los niños malcriados de hoy, serán unos tiranos adolescentes y los maltratadores de mañana.
Os compartí en mi página de Facebook https://www.facebook.com/MariaJesusGonzalezPsicologa/ un video muy interesante y esclarecedor en la línea de la deseducación, hecho social lamentablemente actual
“Un decálogo para formar un pequeño delincuente en casa” del Juez de Menores de Granada. Emilio Calatayud
- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
- Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
- No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
- Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
- Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
- Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
- Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
- Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
Yo me quedo con dos reflexiones claves:
«El objetivo de este decálogo es concienciar a los padres, que sepan lo que deben y no hacer con sus hijos, por el bien de ellos. Nuestro deber es ser padres, no cómplices de nuestros hijos. La disciplina y el respeto a los demás deben adquirirse desde pequeños. Nosotros sabemos lo que les conviene»
«No somos amigos de nuestros hijos, somos sus padres. No podemos protegerles, debemos enseñarles a respetar normas de conducta que no afecten negativamente a los demás. Que sean positivas para la sociedad y para ellos mismos»
Parece que ahora en lugar de educar en valores solo se crían niños caprichosos y malcriados.
Obviamente la familia no es una democracia, es una jerarquía.
¿Como sino se puede establecer un principio de autoridad parental fundamental para poder educar?
Sacar vuestras propias conclusiones.
mariajesusgonzalez.com