Es posible que cambiar sea difícil porque considerarse una víctima tiene sus ventajas, aunque no lo creas, el hacerse o sentirse victima te reporta un beneficio, tener más atención, tener una excusa para no enfrentarte a algo…puede ser cualquier cosa pero lo real es que tú eres victima porque tú y solo tú quieres serlo.
Estos son algunos de los parámetros que pueden ayudarte a ese cambio, parecen fáciles, pero intenta ponerlos todos en práctica a ver si te resulta tan sencillo.
PARÁMETROS QUE AYUDARAN A SENTIRTE AFORTUNADO Y FELIZ
- ACEPTA tus fracasos. Es más: ¡celébrelos!
Al igual que es inútil quejarse del efecto de la gravedad sobre la Tierra, es imposible tratar de vivir sin emociones negativas, ya que forman parte de la vida, y son tan naturales como la alegría, la felicidad y el bienestar.
Aceptando las emociones negativas, pero sin anclarnos en ellas sino aprendiendo a superarlas, conseguiremos abrirnos a disfrutar de la positividad y la alegría”. Se trata de darnos el derecho a ser humanos y de perdonarnos la debilidad. En el año 1992, Mauger y sus colaboradores estudiaron los efectos del perdón, encontrando que los bajos niveles de este hacia uno mismo se relacionaban con la presencia de trastornos como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima, esto no es una casualidad.
- No dé lo bueno por hecho: AGRADECELO!
Cosas grandes y pequeñas. Tenemos la costumbre de pensar que las cosas vienen positivas o buenas dadas y siempre será así. Esta visión es poco de realista. Hemos de aprender a construir nuestra mente de manera positiva para que nuestra realidad también lo sea.
Mente positiva= sentimientos positivos = realidad positiva
- Haz DEPORTE.
No es necesario machacarse en el gimnasio o correr 15 kilómetros diarios. Basta con practicar un ejercicio suave como caminar a paso rápido durante 30 minutos al día ( y eso está al alcance de todos sin excusas) para que el cerebro segregue endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir drogados de felicidad, porque en realidad son unos opiáceos naturales que produce nuestro propio cerebro, que mitigan el dolor y causan placer, esto es algo comprobado y reiterado por numerosos médicos y entrenadores.
- SIMPLIFICA TU VIDA, en el ocio y el trabajo.
Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante, y concentrémonos en ello.
Ya se sabe que “quien mucho abarca, poco aprieta”, y por ello lo mejor es centrarse en algo y no intentarlo todo a la vez. Y no se refiere solo al trabajo, sino también al área personal y al tiempo de ocio:
Mejor apagar el teléfono y desconectar del trabajo esas dos o tres horas que se pasa con la familia o amigos, en el tiempo libre.
- Aprende a MEDITAR.
Este sencillo hábito combate el estrés.
Son numerosos los doctores que aseguran que a largo plazo, la práctica continuada de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los baches de la vida, superar las crisis con mayor fortaleza interior y ser más nosotros mismos bajo cualquier circunstancia.
La meditación es también un momento idóneo para manejar nuestros pensamientos hacia el lado positivo, y aportarnos momento de paz.
Empieza poco a poco, hay muchísimos libros y sitios en internet que te indicaran como hacerlo.
- Practique una nueva habilidad: la RESILENCIA.
La felicidad depende de nuestro estado mental. Concretamente, nuestro nivel de dicha lo determinará aquello en lo que nos fijemos y en las atribuciones que hagamos del éxito o del fracaso.
Esto se conoce como locus de control o “lugar en el que situamos la responsabilidad de los hechos”, un término descubierto y definido por el psicólogo Julian Rotter a mediados del siglo XX y muy investigado en torno al carácter de las person.as: los pacientes depresivos atribuyen los fracasos a sí mismos, y el éxito, a situaciones externas a su persona; mientras que la gente positiva tiende a colgarse las medallas, y los problemas, “casi mejor que se los quede otro”.
Sin embargo, si podemos percibir el fracaso como una “oportunidad” de crecer y superarnos, que tiene mucho que ver con la resiliencia, concepto que se ha hecho muy popular con la crisis, y que viene prestado originariamente de la Física y de la Ingeniería, con el que se describe la capacidad de un material para recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora.
«En las personas, la resiliencia trata de expresar la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles, o situaciones potencialmente traumáticas, y recuperarse saliendo fortalecido y con más recursos”, afirma el médico psiquiatra Roberto Pereira.
mariajesusgonzalez.com