Parece una frase sin más pero es tan real como la vida misma
Nuestro cerebro es capaz de asociar cada pensamiento con imágenes pero el “NO” no está en esas imágenes. El cerebro no procesa la negación.
Es fácil, compruébalo, si piensas en “no voy a comer chocolate” te darás cuenta de que en tu mente solo existe el chocolate, todos recordamos eso de “ no pienses en un elefante rosa” e inmediatamente en la cabeza tenemos el elefante, conclusión : intentar suprimir un pensamiento es la mejor manera de que este regrese una y otra vez.
Esto en psicología se conoce como la “teoría de los procesos ironicos” (wegner 1994) viene a decir que los intentos de control de las experiencias internas están condenados a fallar precisamente por la manera en que funcionan porque generan exactamente lo opuesto a lo que se quiere controlar.
La capacidad de concentrarse es otro típico dominio de los procesos irónicos. Bajo condiciones de estrés o sobrecarga, terminamos no solo distrayéndonos sino enfocándonos involuntariamente en cualquier cosa salvo aquello en que queremos concentrarnos.
Utilizar estrategias de control inadecuadas en aquellas situaciones que pretendemos cambiar, por más que nos empeñemos no funcionan. Veamos algunas:
“Relajáte”, le decimos a alguien que está nervioso.
“Necesito relajarme”, es una frase repetida por las personas que experimentan estrés o ansiedad. Ahora bien, ¿funciona esto de relajarse voluntariamente?
En un experimento realizado por Adler et alt en 1987, se trabajó con personas que sufrían ataques de pánico, y se les pidió que escucharan una de las dos grabaciones de audio: una grabación con una serie de instrucciones de relajación, o bien una grabación del relato de una novela, pues bien, aquellas personas que escuchaban la grabación de relajación sentían la “obligación” de relajarse lo que les acabó provocando más estrés al sentir que no lo conseguían experimentando síntomas más severos de pánico, mientras que los que escuchaban el relato presentaron un ritmo cardiaco mucho más lento y relajado, porque centraban su atención en el estímulo diferente provocador de estas.
Un hecho muy conocido para todos referente a los estudios de los procesos irónicos es en lo relativo al sueño.
Situación típica, mañana tenemos un gran día por delante, puede ser una entrevista, un viaje, una cita, un examen o cualquier otro evento importante, y necesitamos descansar, queremos descansar lo antes posible y de la mejor manera.
Esa noche, a las cuatro de la mañana, estamos más despiertos y espabilados que cualquier otro día, maldiciendo y cabreándonos, pensando en lo cansados que estaremos o la mala cara que tendremos, intentando lograr al menos un par de horas de sueño mas, algo que casi el 80% de las veces es imposible de retomar.
Las instrucciones dirigidas a dormirse cuanto antes, hacen que los sujetos tarden más en dormirse.
Pero también esta probado el fenómeno inverso, indicar a las personas con insomnio que permanezcan despiertas puede ayudarlas a dormir (Ascher y Efran, 1978), es lo que se llama la intervención paradójica.
En psicoterapia, ofrecer estrategias de control adecuadas y de reducción del malestar es la mejor alternativa para solucionar estas situaciones.
Hay que centrarnos en utilizar la energía en lo que “queremos” y no en lo que “no queremos” porque la mejor manera de paliar estas situaciones problemáticas es aceptar los obstáculos.
Confrontarlos y resolverlos con las técnicas terapéuticas adecuadas a cada caso y a cada persona, dirigidas por el psicólogo.
Con la ayuda adecuada se puede aprender nuevas habilidades para lidiar con las experiencias internas negativas, desarrollando habilidades que reemplacen los intentos inefectivos de control.