Si esa persona quiere irse de tu lado… que lo haga. No te está haciendo daño con su decisión, de hecho (la mayoría de las veces) te estará haciendo un favor y dando una lección.
Todo el mundo tiene derecho a decidir con quien compartir su vida y a intentar ser feliz. Cuando se ama de verdad eso lleva implícito que deseas lo mejor para esa persona que busca su felicidad, aunque sea lejos de ti.
Si se quiere ir no le obligues a quedarse. Quizás necesita seguir otro camino, vivir nuevas experiencias, crecer, madurar, equivocarse, acertar, decidir…
Si de verdad quieres a esa persona debes aceptar sus decisiones y desearle lo mejor.
El daño te lo generas tu si pusiste tus expectativas, tus metas, tu amor recíproco, tu apego y tu dependencia emocional en la otra persona.
Por eso uno debe quererse lo suficiente como para ver los errores, corregirlos, mejorar, y no crear dependencias sino amar y querer de forma desprendida e incondicional, comprendiendo que todo en esta vida es circunstancial.
Siempre se puede dejar la puerta abierta para que todo aquel que se vaya vuelva cuando quiera. Tardará meses o años, o quizás no regrese nunca, en todo caso, tu debes seguir.
Mira al frente y céntrate en seguir tu vida y vivirla plenamente, sin esperar nada, sin vivir de ilusiones ni sostenerte en esperanzas, ¡vive! Eso implica que tú también tienes un cometido,el de aprender, crecer, madurar, disfrutar, sumar y seguir.
Confía en tu destino y sigue caminando. Verás como el tiempo lo pone todo en su sitio, pero siempre, se el protagonista de tu propia vida.
mariajesusgonzalez.com