AMOR ROMÁNTICO vs AMOR SALUDABLE

“El buen amor se reconoce porque en él somos exactamente como somos, y dejamos que el otro sea exactamente como es, porque se orienta al presente y hacia lo que está por venir, en lugar de atarnos al pasado, y sobre todo porque produce bienestar y realización”. Joan Garriga.
Nos parece una excelente definición de lo que sería ese amor sano del que queremos hablar en el artículo de hoy, y puesto que el objetivo de esta reflexión es ayudar al lector a diferenciar lo más certeramente posible entre ambas formas de amar, consideramos de gran utilidad tomar una serie de reflexiones extraídas del acertado libro “El buen amor en la pareja” del citado autor.
Algunas de ellas serían:
- SE PUEDE VIVIR SIN LA PAREJA AMADA
¿Sorprendidos?
– Doy fe de que, en el amor saludable, la pareja no es indispensable para vivir felizmente, y es que esta forma de amar se fundamenta en la ELECCIÓN LIBRE, lo que otorga a los miembros de la pareja la capacidad para disfrutar de la compañía del otro en los momentos en que AMBOS desean “compartirse”. Es por esto, que la ausencia del ser amado no paraliza su vida, pudiendo disfrutar de su soledad con la misma plenitud que se disfruta de la compañía.
– Por contraposición, lo que caracteriza al amor romántico, implica que estar separado de la pareja sentimental supone exponerse a una angustia existencial indescriptible, puesto que el amado ha pasado a ostentar el título de “motor de nuestro universo”, o lo que es lo mismo, le hemos otorgado la llave de nuestra libertad, la que conduce a ser felices por nuestros propios medios.
- TE QUIERO A PESAR DE TI MISMO
– La estructura social actual, junto con los medios de comunicación y la cultura “romanticoide”, han urdido el plan perfecto para que la reproducción de la especie continúe. Para ello, se ha llevado a cabo un lavado de cerebro de tal calibre, que han conseguido que la gran mayoría de personas caminen por sus vidas buscando desesperadamente a una persona “especial” que les ayude a salvarse y a dar continuidad a la estirpe humana. Esa persona se fantasea como la pieza perfecta que “encajará” con nosotros, sin imperfecciones o defectos.
– Sin embargo, la realidad muestra que la persona a la que nos decidamos a amar vendrá acompañada de una serie de particularidades, siendo algunas de ellas potenciales defectos en comparación con nuestra manera de ser y de transitar por la vida. Si en un ejercicio de flexibilidad y auténtico amor, aceptamos todos los elementos del pack que conforman a esa persona, podremos acoger esos defectos con perspectiva y generosidad, pues de lo contrario dejaría de ser quién es.

- FLUIDEZ Y FACILIDAD: CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DE LA RELACIÓN
– Las relaciones basadas en sentimientos honestos suelen discurrir con fluidez y facilidad, siendo el resultado del encuentro de dos corazones que armonizan sin grandes esfuerzos, buscando de manera natural la sintonía recíproca (motivo último para crear un compromiso con el otro).
– Por el contrario, cuando nos encontramos ante relaciones basadas en la dependencia afectiva, los tirones, forcejeos y luchas de poder suelen ser “el pan nuestro de cada día”. En este tipo de “amor dependiente”, los miembros de la pareja tienden a enzarzarse en continuas disputas, con el objetivo último de ostentar el control de uno sobre el otro. Es obvio que el EGO (la falsa autoestima) se ha convertido en el verdadero director de la relación, por lo que nada que tenga que ver con sentimientos verdaderos tendrá lugar en este tipo de relaciones.
- DESEO QUE DURE LO QUE TENGA QUE DURAR.
– Otra de las falsedades que nos ha querido vender la cultura del amor romántico junto con los medios de comunicación, es la utopía de un amor infinito, interminable, ETERNO. Esto ha minado gravemente la capacidad de discernimiento de las personas, siendo los mejores ejemplos las generaciones predecesoras, como nuestros abuelos, padres o puede que incluso tú mismo. El asumir este invento cultural como verdadero, ha llevado a muchas parejas a “aguantarse”, considerándolo como parte del contrato establecido. No hay nada que amargue tanto al amor como la conjugación del verbo aguantar, siendo esta acción sinónimo de DESAMOR ETERNO.
– Las personas que se adentran en una relación siendo conscientes de que durará lo que corresponda, y planteándose como horizonte disfrutar de la calidad que pueda ofrecerle esa nueva acción de valentía y entrega, permanecerán con los pies en la tierra más fácilmente, de tal forma que cuando todo empiece a torcerse, considerarán que han llegado al destino final, consecuencia normal del paso del tiempo compartido entre dos personas cuyos caminos comienzan a ser disonantes.
Y ahora que cuentas con esta información. ¿Qué tipo de “amor” eliges para tu vida?
En el amor, como todo en la vida, no se trata de cantidad, sino de calidad, por eso, no olvides decirle a tu pareja actual o a la que esté por venir…
“No me quieras tanto, quiéreme mejor”
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