
Hay gente que se pasa la vida intentando causar buena impresión a los demás. Justamente ahora, en tiempos de redes sociales y “me gusta”, la necesidad de reconocimiento se ha convertido en una especie de adicción bastante generalizada.
El filósofo Schopenhauer ya reflexionaba sobre ello, afirmando que se trataba de una triste esclavitud la de estar sometidos a la opinión ajena.
¿Por qué motivo nos ocurre esto?
Bajo esta tendencia de agradar y obtener el reconocimiento de los demás a toda costa, se esconde una de las necesidades más humanas que existen: LA NECESIDAD DE APROBACIÓN.
Hay que decir, que nuestro ambiente social refuerza este comportamiento como norma de vida, una necesidad que equivaldría a decir: “lo que tú piensas de mi es más importante que la opinión que tengo de mí mismo”.
¿Cuáles son las consecuencias de la necesidad de aprobación, o lo que es lo mismo, el miedo al rechazo?
Querer caerle bien a todo el mundo implica un desgaste emocional, físico y psicológico voraz, puesto que la energía propia está enfocada en todo momento en el exterior, concretamente en los otros.
Mantener esta tendencia en el tiempo conlleva una serie de consecuencias de diversa índole, vamos a mencionar algunas:
- Incapacidad para decir NO: decir que “sí” a cosas que no quieres hacer, por miedo a perder afecto, a dejar de agradar… el individuo no tiene la capacidad para transmitir a los demás lo que opina realmente, siente o desea de manera que pueda conseguir lo que quiere sin sentirse mal por ello.
- Diluyes tu identidad: al mimetizarte con los deseos de los otros, acabas por perder de vista lo que realmente prefieres, lo que te gusta y lo que necesitas, sobre todo de ti mismo.

- Muchas veces puedes crear el efecto contrario al deseado: una actitud insegura y una falta de criterio propio puede evocar el rechazo de tu entorno, sobre todo de las personas que buscan relacionarse con seres auténticos, genuinos y no manipulables.
- Eres el blanco fácil de los depredadores y abusadores emocionales: la falta de asertividad y la necesidad de agradar son las señales que necesitan este tipo de personas para manipularte hasta que consigan de ti lo que necesitan. Ellos te ofrecerán inicialmente atención y admiración, pero la contrapartida será cara, pues cada vez te supondrá más esfuerzo y sumisión el recibir ese tipo de refuerzos, ya que cuanto mayor sea tu necesidad de aprobación, más probabilidades tendrás de ser manipulado por los demás.
¿Cómo se puede terminar con esta necesidad?
Podemos empezar pensando que esta necesidad de ser aceptado por los demás, se trata más de un DESEO, que de una NECESIDAD. A todos nos gusta que nos aplaudan, que nos hagan cumplidos y que nos alaben.
¿A quién no le gusta untarse la piel con crema hidratante? Pero si no siempre hay crema en nuestra piel, igualmente somos valiosos.
Esa es la clave del asunto que hoy tratamos, una cosa es sentir el deseo o el gusto por ser acariciados mentalmente por los demás y otra muy distinta es cuando convertimos este gusto por una necesidad impepinable. Es en este punto donde nos estamos hipotecando, pues en caso de no conseguir la aprobación del resto, nos podríamos derrumbar.
Para darte luz te diría que es imposible vivir en este mundo sin provocar la desaprobación de la gente, y esto, en algunos momentos y con ciertas personas… es una noticia maravillosa, de ahí el título del artículo de hoy.
¿Cuáles son las ventajas de no gustar a todo el mundo?
La verdadera libertad puede residir en lograr ser feliz prescindiendo de la aprobación de los demás (es decir, que nos importe un pimiento lo que piensen de nosotros, sobre todo los seres por los que no sentimos mucha sintonía…), y es que cada paso que demos en dirección a la auto-dependencia y a la búsqueda de la aprobación propia, es un paso que nos aleja del control de los demás, y esto… no tiene precio.
Y como conseguir este logro no es moco de pavo, quiero advertir al valiente lector que se adentre o ya haya comenzado a caminar por este trayecto, que será tachado de egoísta, desconsiderado, indiferente y muchos más “atributos” en esta misma línea, una línea que persigue mantenernos dentro del redil.
No gustar a todo el mundo es síntoma de autenticidad y a veces, que esto ocurra, es toda una suerte, porque en definitiva, esto es AUTOESTIMA e INDEPENDENCIA EMOCIONAL.
¿Cómo andas tú de esto?
MARIAJESUSGONZALEZ.COM