«¿Cuándo me someto a una sesión de Hipnosis Clínica me hipnotizan como en la tele?» Ésta podría ser la pregunta; y ésta es la respuesta: NO. Una cosas es un hipnotizador y otra muy distinta un HIPNÓLOGO. España es uno de los pocos países en los que se permite la llamada ‘hipnosis de espectáculo’, en contra de la cual están los profesionales de la Asociación Española de Hipnosis (www.aehipnosis.com) porque crea «una confusión importante» en el paciente.
Una persona en terapia puede creer, en función de este conocimiento popular del hipnotizador, que una sesión de Hipnosis Clínica le hará perder del control y que el terapeuta podrá ‘adueñarse’ de su voluntad. Nuevamente, la respuesta es NO. Esto no existe en esta herramienta técnica al servicio de una mayor efectividad en las sesiones, herramienta con la que se consiguen, además, resultados rápidos, firmes y excelentes.
Vamos a conocerla de cerca.
¿QUÉ ES LA HIPNOSIS CLÍNICA?
Es un estado de relajación muy profunda, tanto física como mental. En este estado, el psicólogo clínico puede llegar al inconsciente dejando a un lado el consciente que, literalmente, se aparta. El consciente es donde están las críticas, los juicios, los ‘a priori’, las creencias, los miedos… todo lo que ‘cortocircuita’ y frena esa conexión con la parte más profunda del ser humano donde se encuentran ancladas las respuestas.
Sería como un iceberg: lo que vemos es el consciente; lo que no se ve, muchísimo más voluminoso y ‘sostenedor’ de todo lo demás, es el subconsciente de la persona.
El profesional de la Psicología Clínica al frente de esta terapia introduce al paciente en este estado de relajación al que éste llega si así él lo quiere. La mente más profunda del paciente es la que realiza toda la labor; el psicólogo sólo guía ese paso y, después, recoje el material valiosísimo derivado de la sesión para trabajar con él. Por lo tanto, el terapeuta, el especialista, sólo es el trampolín, la lanzadera, que ayuda a entrar en ese proceso de ‘trance’ donde el inconsciente (la parte baja y profunda del iceberg personal) aflora.
Las sesiones de Hipnosis Clínica multiplican la eficacia de la terapia y la rapidez de la solución (por ejemplo, en casos de fobias o fumadores que quieren dejar de serlo); eso sí: no siempre puede realizarse una hipnosis. Es necesaria una valoración previa que analice la viabilidad de aplicar la técnica en función de la historia clínica del paciente, valoración que efectuará siempre el psicólogo.
¿ES COMÚN LA HIPNOSIS?
Mucho más de lo que creemos; de hecho, el cerebro la hace cada cierto tiempo de forma automática para ‘resetearse’. Son esos instantes en los que decimos «ha pasado un ángel», «estoy en babia», «iba conduciendo y llegué sin darme cuenta», «parece que no ha pasado el tiempo». La Hipnosis Clínica lo único que hace es reproducir a voluntad y con una finalidad terapéutica estados naturales del cerebro. Y lo hace con una única finalidad: la mayor eficacia, profundidad y rapidez del proceso terapéutico.
La confianza del paciente en el psicólogo clínico es fundamental. Y la formación de éste, esencial para trabajar con el material resultante de una sesión de hipnosis y acoger a la persona en terapia, acompañarla en todo momento y facilitarle la solución del problema.
**María Jesús González es vocal de la Asociación Española de Hipnosis (www.aehipnosis.com)