La soltería, a pesar de que presumimos de modernidad, sigue teniendo mala prensa, sobre todo para las mujeres de más de 20, por eso, si acabas de salir de una relación tormentosa, o si llevas un tiempo queriendo encontrar pareja, me gustaría decirte que te relajes y no te desesperes por ello.
La vida sin pareja es una opción, tan respetable y nutritiva como el matrimonio o la vida en compañía.
En este artículo te queremos mostrar que estar soltera es mucho mejor de lo que piensas o te dicta la cultura, la cual lleva siglos promulgando que la vida está hecha para vivirla en pareja (obviamente con unos intereses evolutivos y reproductivos que sostienen el argumento).
Nos gustaría proponerte que amplíes tu foco de atención, y que te permitas descubrir las posibilidades que te ofrece una vida dedicada a ti, a tu crecimiento, a tu libertad y al cultivo de los diversos amores que tienes y que quizás, al haber estado tan centrada en la búsqueda del amor de pareja, has dejado que pasaran por alto.
Tanto si estás evitando tu soledad, como si afortunadamente has comenzado a replantearte que tienes que terminar con esa búsqueda incesante de la media naranja, este artículo es para ti.
A continuación, revisaremos algunas de las posibilidades y oportunidades que te brinda la vida en tu propia compañía.
1. Conócete a ti misma
A pesar de que la vida en pareja es una plataforma inmejorable para el autoconocimiento, no lo es menos, el poder contar con el tiempo y el espacio para descubrirse a una misma cuando no se está en pareja.
Aprovecha tu tiempo de soledad, haz planes, conoce mejor tu ciudad, estudia lo que te apasiona, lee mucho, ve al cine, viaja sola… Tienes tiempo para ello y te ayudará a conocerte mejor, saber qué te gusta y qué buscas en la vida, y también en lo que a hombres se refiere. Y por cierto, no solo hablamos de conocerte intelectualmente o emocionalmente, sino que también puedes conocerte mejor sexualmente. Si no lo hiciste en pareja, hazlo ahora. Explora tu cuerpo, haz un cursillo intensivo de tu anatomía, y practica el amor propio, nadie mejor que tú para obtener los mejores resultados.
2. Saber apreciar el amor de los buenos amig@s
El amor procedente de la amistad, sobre todo cuando tiendes a entablar relaciones amorosas absorbentes, puede verse desatendido, porque pensamos erróneamente… “las amigas siempre están ahí”.
Suele suceder, que con el paso de los años y la experiencia, se comienza a percibir lo fundamental que es este amor de la amistad en tu vida, e incluso, si progresas adecuadamente en el arte de volverte independiente afectivamente, puedes darle prioridad, incluso cuando estés compartiendo la vida con otro ser humano.
3. Tu mascota, una compañera genial
Si te gustan los animales y puedes permitírtelo, ten una mascota. A veces no lo hacemos porque a nuestra pareja no le gusta o porque no sabemos si seremos capaces de cuidarla adecuadamente, pero si realmente pretendes ocuparte de ellos, te harán una compañía enorme e inundarán de alegría tu casa.
Alejarán tu soledad, además de ser el antídoto perfecto para “malas compañías”.
4. Conocer gente nueva
Cuando estás sola estás más receptiva a conocer gente nueva, tanto chicas como chicos. Puedes hacer nuevas amistades, personas con intereses similares a los tuyos que aporten, que sumen, que quieran compartir el tiempo contigo, unidos por la ilusión de incorporar gente de calidad a nuestra vida.
Si durante tu etapa en pareja has dejado pasar propuestas de posibles nuevas amistades, es el momento de responder como se merece a las personas que se interesan por ti y que quieren incluirte en sus vidas con planes conjuntos (a veces estamos más pendientes, obstinadamente incluso, de quienes quieren sacarnos de su vida que de quienes quieren incluirnos). Paradójico, ¿no?
5. Disfrutar de la familia
Los verdaderos incondicionales no se atreverán a recriminarte que durante el tiempo que has estado en pareja, has dejado de frecuentarlos con asiduidad (esa es la clave que necesita una madre para percibir que estás en compañía…)
Ellos estarán ahí cuando los llames, cuando llegue el momento de contarles que has pasado por una relación difícil, que los has echado de menos, que sientes haberlos descuidado, que…
No necesitan tus explicaciones, es mucho más simple. Solo quieren tu felicidad, por eso te volverán a abrir los brazos en el momento justo en que vuelvas a necesitarlos, sin reproches, sin rencor, amor en estado puro, el único incondicional.
Y finalmente terminamos este artículo con un extracto de la reflexión publicada recientemente por Roy Galán “Hay vida (mucha vida) más allá de la pareja”, que nos ha inspirado en la elaboración de este.
“Y así tratamos con desdén al resto de amores.
Obviamos todo lo que suma para fijarnos solo en lo que resta.
Dejemos de darle esa importancia desmedida al hecho de tener pareja.
Dejemos de lamentarnos diciendo que nadie nos quiere.
Porque es ofensivo decir que nadie nos quiere cuando hay gente próxima a nosotros y nosotras que por supuesto que nos quiere.
Pero no “de esa manera”, dices.
Empecemos a darle valor y cuidar también las otras maneras.
Porque sin ellas, no somos nada”.
MARIAJESUSGONZALEZ.COM